Para la mayoria que hemos tenido contacto con teodolitos o taquimetros ópticos, ya sea porque ahora son una singularidad, o por la relativa dificultad que entrañaba hacer una lectura con ellos, cada vez que vemos uno, o lo tenemos en nuestras manos, sentimos una cierta nostalgia.
una nostalgia que nos hace recordar esos dias de aprendizaje en las practicas universitarias o de trabajos en la soledad y quietud de la naturaleza.
Como en todas las disciplinas, la tecnología ha avanzado y en nuestra profesión, ha facilitado y simplicado la medida con instrumentos electrónicos, que «sacan por pantalla» en menos de un segundo, ese ángulo y distancia que antaño, costaba más de dos minutos obtener.
Ya los aparatos ópticos, se han quedado para museos de cienca o particulares, vitrinas en escuelas de la profesión o entusiastas, que lo exponen en una estanteria de su casa o despacho.
El pasado sabado 10 de Noviembre, iba con mi mujer dando un paseo por la ciudad de León y en el barrio Humedo, habia un mercadillo de lo antiguo y segunda mano, en sus calles.
Como curioso que soy, iba viendo, observando todos los objetos que fueron cotidianos hace unos años, aunque iba buscando ver un tipo en concreto.. y la verdad.. que.. ¡¡tuve suerte!!
Os dejo testimonio gráfico, aunque cuesta un poco verlo 🙂

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