Si se me permite, en España hasta antes de las Olimpiadas de Barcelona, la Expo de Sevilla y la capitalidad europa de la Cultura de Madrid en el año 1992, las distancias eran más largas y la tecnología topográfica, no era la de ahora. Las distancias eran más largas porque no teniamos la extensa red de autopistas y en cuanto a tecnología topográfica todo se hacía con estación total, taquimetro y nivel. El uso del GPS era incipiente.
Es por ello que las jornadas en mediciones eran más numerosas, junto con las pernoctaciones en algún hotel o habitación de pueblo y por lo tanto los ratos de inactividad y los tiempos muertos eran mayores. Uno de los topógrafos que aprovechó esa inactividad fue José Miguel Bel, dedicandose al arte de la escritura, en forma de poesia o narrativa.
Una de sus publicaciones ha sido Historias de un Topógrafo de Campo, que recientemente este verano ha publicado su antigua casa, el Instituto Geografico Nacional, encontrándose de forma gratuita en su Web.

Fuente: NosoloSIG
En mis vacaciones estivales procedí a leermelo y de lo ameno y sencillo de entender, me lo leí practicamente «en dos ratos». El formato es el de relatos, con algo de fantasia sobre lo que fue nuestra profesión en la segunda mitad del siglo XX.
En su lectura he podido conocer quier era la topografa Bronchales, historias que hace unos años se publicaron en la revista del colegio de topógrafos y crearon bastante expectación, porque de lo bien que estabn escritos, practicamente le dio vida al personaje y muchos creyeron que era real.
De todos los relatos, el que mas me ha gustado, ha sido «El Cero«, del cual escribiré especialmente en un futuro artículo. Es fascinante lo «del cuidador de la longitud» y es que ha habido más de algún «guardian de la señal», tras la orden del topógrafo de decir, este clavo o señal es muy importante y nadie la puede tocar.
Desde luego es interesante conocer que entre la profesión tenemos varios escritores, que han escrito sobre ella. Tengo que añadir a Jose Maria Bel en la lista de Visitación García y David Santiso.
Y ya agradecer al IGN su distribución desinteresada, por su importante labor de dar a conocer nuestros orígenes, nuestra historia, ahora todo es relativamente sencillo con el GPS, pero antes había que observar y ajustar las poligonales con taquímeros.
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