Ahora mismo en España hacen falta ingenieros en Geomática y Topografía. Las vacantes por el aumento de las obras y proyectos de medición cuesta cubrirlas. Antes del verano clientes y compañeros topógrafos me preguntaban si conocía a algún experto o ingeniero, les tenía que decir que no, porque todos están trabajando. Ahora lo dan por imposible e intentan solventar el inconveniente con esfuerzo personal y haciendo horas extraordinarias.
Esto está haciendo incluso que algunas ventas de estaciones totales o receptores GNSS apalabradas para surtir los aumentos de plantilla por nuevas obras se hayan paralizado o directamente anulado.
Mis «paseos» o navegación en los muros de las redes sociales encuentran demasiados anuncios de contratación. Algunos perfiles en su afán de colaborar desde hace unos meses están publicando o compartiendo todas las ofertas que le llegan. La Escuela de Topografía de Madrid, los portales de empleo, buscadores de internet e incluso el Colegio de Geomática y Topografia tienen mas de doscientas anunciadas.
En estos momentos vivimos un momento de bonanza económica. La montaña rusa emocional que es ser topógrafo ahora mismo está en lo alto. Los egresados o titulados que salen de las escuelas universitarias se encuentran en la práctica en el pleno empleo. No cubren ni siquiera las candidaturas que las empresas ofertan en la escuela.

Las soluciones a corto plazo se hacen complicadas dado que la topografía es una de las ramas de la ingeniería que requiere de una formación reglada que se cursa en varios años.
En mi opinión la facilidad de la utilización de los equipos topográficos ha venido en la ayuda, ya que cualquier operario avezado los puede usar, eso sí con la supervisión directa de un ingeniero topógrafo. La solución vendría dada por hacer equipos de varios ayudantes expertos que van de la mano del profesional topógrafo. Otra opción también vendría por importar topógrafos y agrimensores de otros países en una asistencia regulada y fundamentada por el exceso de oferta
A partir de este último párrafo quiero expresar a los lectores de otros países que no es tan fácil trabajar en España. Desde hace un par de años colaboro de voluntario con la Asociación Bocatas, los lunes por la tarde me podéis ver en la «Plaza de Opera» de Madrid. Una de las acciones es dar ayuda alimentaria a los extranjeros vulnerables con lo que nos proporcionan las donaciones del Banco de alimentos y supermercados. Los migrantes a España vienen en mayor medida por dos motivos, porque peligra su vida con amenazas y extorsión o por motivos económicos. Para poder trabajar en España es necesario «tener papeles», la media está aproximadamente en dos años (es posible agilizarlo si hay acuerdos transnacionales con el país de origen del solicitante). La supervivencia hasta disponer de papeles viene de la ayuda prestada por comedores sociales y asociaciones humanitarias. Algunos lo complementan «buscándose la vida» con trabajos con «pagos en negro» en trabajos de escasa cualificación. Amén de la situación de alquiler habitacional, la cual también es muy frágil en la actualidad.
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