Aquí traigo una reflexión de la vivencia de un distribuidor de aparatos que leí hace unos meses por Linkedin.
Como bien sabemos todos los que estamos relacionados con la Geomática, esta es una ciencia tecnológica. Como tecnología que es sufre los rigores de los avances y la automatización. Que por supuesto bienvenidos sean, ya que permiten hacer el trabajo de una forma más sencilla y que los procesos que no aportan valor no sean tan importantes y quiten demasiado tiempo.
Citemos como ejemplo un terreno de 15 hectáreas. Hace cuarenta años su medición en campo era más costosa con una estación total que ahora con un receptor GNSS. Con una estación total era el ayudante el que situaba el punto con el jalón y prisma y ahora con el GNSS es el topógrafo que lo hace directamente y sabe dónde medir. Hay una mayor optimización y calidad en las tareas de captura que repercuten en el procesado y cálculo de los datos en gabinete. Los errores disminuyen y se disipan las faltas de entendimiento en campo con el ayudante que pueden hacer volver a repetir al menos una parte del trabajo por su mala definición.
Pero la facilidad en la actualidad de utilizar a priori un instrumento con la automatización de «basta con apretar un botón» tienta a otros profesionales afines, sin experiencia y sin nociones de topografía a manejarlos. Además, a día de hoy el riesgo es mayor por la falta de topógrafos ante la fuerte demanda de los trabajos que los necesitan.
Este distribuidor en el que me sustento y hago la reflexión comentaba que había vendido una pareja GNSS de fijo y móvil a un técnico, que tras una breve capacitación por ser el software muy intuitivo de usar, enseguida estaba preparado para hacer mediciones con precisión. Sus primeros trabajos iban a ser deslindes y segregaciones de fincas, los cuales ya de por sí, un topógrafo experto tiene que poner mucha atención.

A los pocos días el técnico novato le llamó ofuscado porque lo que estaba estaquillando en el terreno no coincidía y los vecinos colindantes estaban alterados porque con el replanteo invadía su propiedad. Achacaba la culpa a un mal funcionamiento de los instrumentos. Tras un breve análisis el distribuidor descubrió que las coordenadas y el dibujo del deslinde lo había calculado a partir de Google Earth. Para colocar el receptor fijo utilizó una esquina de la imagen satélite que había impreso para tal fin con las mediciones. El dibujo CAD muy bien detallado por tener grandes conocimientos como ingeniero lo había cargado en el colector para así saber dónde posicionar las estacas.
A cualquiera de nosotros se nos ocurriría una respuesta demasiado larga y quizás con algunos exabruptos ante el motivado ingeniero que había pensado: «ya que es fácil apretar una tecla de un instrumento debe ser fácil poner los puntos en el terreno».
Aunque hoy en día es muy sencillo utilizar un instrumento topográfico recién salido de fábrica, para el éxito de la medición o posición de puntos, se debe de hacer con la mínima capacitación de saber lo que se está haciendo y con que fines. Se debe de saber la precisión y el carácter de las posibles fuentes de datos. Y la formación sobre todo permite aplicar criterio, sentido común y el profesionalismo para acometer un proyecto con el método e instrumental más adecuado.
Si consideras el artículo interesante:
– Difúndelo en las redes sociales y entre tus conocidos.
– Cuéntame que te ha parecido en el espacio de comentarios.
– Suscríbete a mi blog para recibir otros artículos futuros directamente en tu correo electrónico.
Gracias, Un abrazo!!