Hay un barrio madrileño de los que se considera obrero, de los que fue muy reivindicativo y una de sus victorias vecinales, de la que se sienten para bien muy orgullosos, fue la llegada del Metro. En una de sus calles adyacentes a la calle principal, hay un sótano local. El barrio madrileño es la Elipa, la calle principal es la Avenida Marques de Corbera y el sótano local almacena más de un centenar de aparatos topográficos guardados en sus cajas originales.
Los aparatos topográficos en su mayoría son de la generación de los primeros electrónico-mecánicos con los que se construyeron las autovias, urbanizaciones y edificios de comienzos de este siglo en este país. Diferentes marcas, clases y modelos están apilados hacia las paredes en un orden metódico dentro del desorden que puede tener un almacén.

¿Por qué he conocido este sitio que me hizo mover emociones y llevarme a mis primeros años en la profesión? Todo ha sido porque hace unos días contactaron los dueños del local y lectores del blog conmigo. La llamada fue principalmente por dos razones.

Una de ellas era viera su enorme «colección» de aparatos, ya que por su edad están pensando abandonar la profesión y se quieren ir deshaciendo de ellos, vender o donar a alguna institución para que así tengan una segunda vida, salgan de su letargo de varios años o bien alguna pieza pueda ser aprovechada. Aunque la mayoría de los niveles, taquímetros o estaciones totales eran de finales de los 90 y principios del s.XXI, que en mi opinión no tienen un gran valor, salvo alguno para alguien que surja en especial, allí hay alguna que otra «joya» con un alto valor de exposición.

Tienen uno de los primeros tuneleros perfilómetros que aparecieron por España. El Amberg MT. Profiler 2000. Me decían que todavía funcionaba y qué está completo.

Escondido entre sabanas para protegerlo del polvo está un restituidor fotogramétrico Wild BC3

En otra habitación utilizada para almacenar los trípodes, jalone y miras de los instrumentos antes descritos, guardados en sus cajas originales, hay algún que otro teodolito y nivel óptico más antiguo (años 30 o 40 siglo XX)

También está lo que quizás sea la mayor joya de todo el almacén, una máquina de calcular MADAS de origen suizo y de principios del siglo XX. Está en muy buen estado de conservación.

La otra razón y la más importante para mi, fue para charlar un rato sobre la profesión, ya que el sitio no es solo almacén, allí se ha reparado o calibrado algún que otro equipo, se han hecho y hacen piezas especiales y se han grabado el nombre de varios miles de clavos de nivelación o bases de las redes geodésicas municipales.
La conversación fue agradable, sentados sobre cajas de estaciones totales (quien no lo ha hecho) estuvimos contando anécdotas sobre los últimos 30 años, de las aventuras y desventuras de las casas de aparatos, de que había sido o es de sus dueños

El rato que estuve allí me sentí como uno de los del programa cazadores de tesoros, según abría una caja con su aparato dentro me imaginaba su uso, que era lo que podía haber medido, de lo que supuso que tuviera determinada tecla o función, con respecto al resto que se comercializaba.

Se puede decir que en el local sótano de la calle aledaña a la Avenida Marqués de Corbera del barrio madrileño de La Elipa, entre un centenar de aparatos guardados en sus cajas, hay un trocito de historia de la Topografía, de nuestra profesión. Algunos por su interés podría estar en la vitrina de un coleccionista o museo.

– Difúndela en las redes sociales y entre tus conocidos.
– Cuéntame que te ha parecido en el espacio de comentarios.
– Suscríbete a mi blog, para recibir otros artículos futuros directamente en tu correo electrónico.
Gracias!!